martes, 11 de junio de 2013

La Rosa de Melodía en la Toscana

Tengo un montón de cosas en el tintero, de todas las charlas interesantísimas sobre traducción y literatura a las que he estado asistiendo últimamente aquí en Suiza, pero no quería dejar pasar la oportunidad de publicar algo, aunque sea pequeñito, sobre Melodía en la Toscana, la nueva novela de Belinda Alexandra que sale a la venta hoy y que también he traducido yo (como sus tres novelas anteriores: La gardenia blanca de Shanghái, La lavanda silvestre que iluminóParís y Secreto de hermanas).

Una servidora en el Ponte Santa Trinita que tanto le gusta a la protagonista de Melodía en la Toscana

Melodía en la Toscana (Tuscan Rose es su título en inglés) es, sin duda, la novela de Belinda que más me ha gustado hasta ahora: un novelón de misterio, en el buen sentido de la palabra, en pleno auge del fascismo italiano en una ciudad tan maravillosa como Florencia… ¿Qué más se puede pedir?


La Via Tornabuoni en la actualidad, uno de los escenarios centrales de Melodía en la Toscana


Con Melodía en la Toscana, creo que Belinda se consagra como una estupenda narradora. Puede que el estilo romántico-histórico no os atraiga mucho, pero los detalles históricos, la cuidadísima documentación y los pequeños toques de fantasía surrealista hacen que haya sido todo un placer traducirla.


El bellísimo y animadísimo Ponte Vecchio, uno de los atractivos turísticos de la ciudad

Rosa Bellocchi es un personaje que da varios giros a lo largo de la narración (ya lo veréis si la leéis, y si no, pues os quedaréis con las ganas ;-)), como los buenos personajes de las buenas sagas, y su carácter es una mezcla de ingenuidad y fortaleza femenina que resulta muy atractivo y hace que en todo momento te quede la pregunta de qué pasará con ella al final…

El Convento del Santo Spirito, un lugar muy importante en la novela... ¡Ahora tiene un estupendo restaurante!

 Un misterio de traiciones, venganzas y muertes sanguinolentas que algo os recordará a Blancanieves, ambientado, como ya os he dicho, en pleno auge del fascismo italiano, y que le da vida propia a algunas localizaciones florentinas como la Via Tornabuoni, el puente Santa Trinita, el Ponte Vecchio, el Convento del Santo Spirito, la bella catedral de Florencia, etc., en una época oscura de la historia europea contemporánea.

La cúpula de Brunelleschi de la basílica de Santa Maria di Fiore, la favorita del marchese Scarfiotti

Precisamente, el año pasado, durante la primera visita que hacía a Italia (a Roma, ¡de regalo de cumpleaños! :-)), tuve la oportunidad de pasear una tarde por Florencia, ¡y me pareció preciosa! Las fotos que acompañan esta entrada pequeñita son de allí. Además, pude ver en vivo y en directo el David de Miguel Ángel... ¡Que me encantó! No desmerece en nada la fama que tiene. Es una obra de arte como hay pocas.

El interior de Santa Maria di Fiore, una catedral bellísima, tanto por dentro como por fuera

Lo dicho: si leéis Melodía en la Toscana, espero que guste (probablemente será la última traducción que leáis mía en una larga temporada, porque dentro de nada, tendré que ocuparme de otros menesteres más bienalejados de la literatura…). Mientras tanto, ¡disfrutad y leed mucho!